¡Empiezan las clases!

Cada nuevo año escolar es un desafío.




Este 2019 me agarra emotiva; tengo una hija que egresa del último año del secundario y otra que empieza 1er grado.


El 1er grado de Franchus me llena de expectativas, por saber como va a adaptarse, cómo va a sentirse. El cambio de jardín a primaria es tan grande que genera ansiedad, creo que más a mí que a ella. Lo bueno es que va a ir con una compañerita del preescolar, ya conoce la escuela y yo conozco a la directora.


El inicio del ciclo escolar, nos exige reorganizar la flexibilidad horaria que nos permiten las vacaciones; así que, volver a la rutina, puede ser difícil.

Es importante empezar un tiempo antes con estos cambios, para que no sea tan abrumador.

Como mamás y papás, tenemos una gran influencia sobre nuestros hijos y es importante que les transmitamos pensamientos positivos. Estos pensar en la nueva organización, la lista de materiales, el uniforme, viandas, etc, puede inquietarnos.

Entonces...


¿Cómo enfrentamos el inicio de clases?, ¿Cómo ayudamos a nuestros hijos a que comiencen con entusiasmo? 


Para algunos niños, el primer día de escuela puede ser causa de estrés y nervios. Por eso, es importante que, junto con la escuela, seamos accesibles y los acompañemos para que se sientan confiados y relajados. 






¿De qué formas podemos ayudarlos? 

  • Si tenemos la posibilidad y la escuela lo permite, podemos llevarlos a conocer el lugar y a la seño.

  • Si parece nervioso, preguntémosle por qué está preocupado y ayudémolo a encontrar formas para solucionar problemas y así aprender a hacerle frente a las nuevas situaciones. Tengamos presente que los espacios de charla, sin juzgalos, sin minimizar sus sentimientos, hace que nuestros hijos se sientan confiados y sepan que pueden contarnos todo lo que les pasa.

  • Anticiparnos: explicarles con sencillez como va a ser su rutina a partir de ahora; qué van a hacer en clase, dónde va a comer, las nuevas relaciones que va a establecer, sobre todo si es una etapa nueva, como empezar 1er grado.

  • Hablar de los aspectos positivos de la escuela: hacer nuevos amigos, aprender cosas nuevas, reencontrarse con sus compañeritos del año pasado.

  • Durante los primeros días puede que nuestro hijo o hija esté más rebelde o triste. Es normal y se le pasará, por eso necesitamos ser pacientes y entender sus sentimientos y sensaciones.

  • Preparar con ellos los útiles escolares: las compras, generalmente dependen de nuestro bolsillo, pero podemos dejarlos elegir algunas cosas, como el color de la mochila o cartuchera. 
      Muchos aconsejan llevarlos a comprar, pero depende de la edad o del presupuesto, porque la cantidad de propuestas que hay pueden ser abrumadoras. ¿Cómo nos vamos a manejar si elije la mochila con rueditas, de licencia, que sale 3 veces más de lo que nos permite el presupuesto? Todos vamos a salir frustrados.
Con los más grandecitos, podemos forrar carpetas o cuadernos, dejarlos preparar los separadores, ponerse hojas, el nombre... a las que tengo en secundaria les encanta hacer todo eso solas.

La escuela no solo es pasar de año, sino que implica gastos y compromisos y es necesario que aprendan a cuidar sus útiles y libros.  Así que, reutilizar lo que quedó del año anterior, es una buena manera de hacerlo.



Volvamos a la rutina de a poco, agreguemos actividades extracurriculares paulatinamente y no olvidemos lo importante que es que siga teniendo espacio para el juego.

El primer día de clases mostrémonos seguros, no minimicemos sus miedos o temores; mostrémoles que los entendemos, que entendemos los sentimientos y sensaciones que puedan tener.  Despedirnos, desearles un buen día; muchos besos y abrazos.



Y si querés festejar, festejá; si querés llorar, llorá; si querés festejar y después llorar por sentir culpa o por extrañarlos, hacé las dos cosas, jajajaja


¡Feliz inicio de clases!

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