Niños felices
Les conté que este año iba a invitar a más profesionales a participar del blog. Quiero que este sea espacio donde encuentres temas que te interesen, tocados con la empatía, seriedad y profesionalismo que se necesita en la mapaternidad.
Soy una mamá, cómo vos, como cualquiera; buscando criar diferente.
¿Quién es Pilar?
Ella es mamá y psicóloga, colombiana, asesora en crianza; con la misión de acompañar a las familias en las primeras etapas del desarrollo de sus hijos.
¿Por qué ella?
No es que diga algo muy distinto a otros o revelador... es cómo lo dice; cómo te hace reflexionar sin hacerte sentir culpable, sin sentir que te juzgan. Siempre la forma de decir, para mí, es la clave para sentirte cómodo, para abrirte y, por qué no, también dejarnos sanar. Entonces así, llegar a tener una relación sana con otros, especialmente, con nuestros hijos. El cómo decirlo, tiene que ver con que no todos estamos igual de fuertes o seguros al leer; hay días en que nos sentimos más vulnerables... somos personas que nos sostenemos a nosotros mismos mientras tenemos la gran responsabilidad de CRIAR.
Cuando planificaba el calendario, descubrí que el 20 de marzo se festeja el día internacional de la felicidad, entonces pensé en ella para escribir algo. Me tiré a la pileta, apenas habíamos intercambiado un par de mensajes.
La propuesta era hablar sobre qué necesitan nuestros hijos para ser felices y cómo los ayudamos a eso.
Fue muy generosa y aceptó enseguida.
Cuando recibí su texto, me conmovió... lloré... sí, soy llorona, ya lo conté varias veces. jejejeje
Así que, te invito a leerlo y a reflexionar en:
Pensé mucho en cerrar el post con ese final, pero sus palabras me hicieron reflexionar en lo importante que son los primeros años de vida, en cómo marcan nuestra niñez, adolescencia y adultez. A veces se toman con liviandad, pero son fundamentales.
La definición etimológica me hizo pensar en algo que leí, que la mirada aporta autoestima, reconocimiento, respeto y gratitud: ¿no es, sino, durante la lactancia cuando más cruzamos miradas con nuestros hijos?; ¿no es, acaso, su mirada un momento de paz y de sentir un amor indescriptible? Esto no se limita a quienes dan de mamar; sería muy injusto para las que no pueden o las que no pudimos; porque cuando damos mamadera, también nos recomiendan mirarlos... y cuando los cambiamos, y cuando se caen... mirarlos, siempre...
Y mirar significa estar, abrirse... dejar entrar al otro.
La idea era hablar de qué necesitan nuestros hijos para ser felices y terminamos diciendo que ellos ya nacen felices, jejeje
¿Será, entonces, que nuestro aporte a su felicidad será ser más como niños y menos como adultos?
Pilar Ramírez Vásquez
Psicóloga Asesora en Crianza
Crecemos Juntos
Se inició profesionalmente en 2005 con la atención a niños y familias que eran víctimas de maltrato infantil y abuso sexual; enfocándose más tarde en el diseño y coordinación de acciones para la prevención de estas problemáticas desde el Estado y la Sociedad Civil.
Especialista en Gestión y Planificación de Políticas Sociales de la UBA.
Miembro de la Comisión de Niñez y Primera Infancia del Colegio de Psicólogos del Distrito XV, (Prov. de Bs. As).
Soy una mamá, cómo vos, como cualquiera; buscando criar diferente.
En esa búsqueda de información y contenido, descubrí muchos profesionales que sentí me ayudaron a encontrar esa voz interna que se oponía a la crianza tradicional.
Entre ellos, encontré en Instagram a Pilar, de CRECEMOS JUNTOS.
Entre ellos, encontré en Instagram a Pilar, de CRECEMOS JUNTOS.
Ella es mamá y psicóloga, colombiana, asesora en crianza; con la misión de acompañar a las familias en las primeras etapas del desarrollo de sus hijos.
¿Por qué ella?
No es que diga algo muy distinto a otros o revelador... es cómo lo dice; cómo te hace reflexionar sin hacerte sentir culpable, sin sentir que te juzgan. Siempre la forma de decir, para mí, es la clave para sentirte cómodo, para abrirte y, por qué no, también dejarnos sanar. Entonces así, llegar a tener una relación sana con otros, especialmente, con nuestros hijos. El cómo decirlo, tiene que ver con que no todos estamos igual de fuertes o seguros al leer; hay días en que nos sentimos más vulnerables... somos personas que nos sostenemos a nosotros mismos mientras tenemos la gran responsabilidad de CRIAR.
Cuando planificaba el calendario, descubrí que el 20 de marzo se festeja el día internacional de la felicidad, entonces pensé en ella para escribir algo. Me tiré a la pileta, apenas habíamos intercambiado un par de mensajes.
La propuesta era hablar sobre qué necesitan nuestros hijos para ser felices y cómo los ayudamos a eso.
Fue muy generosa y aceptó enseguida.
Cuando recibí su texto, me conmovió... lloré... sí, soy llorona, ya lo conté varias veces. jejejeje
Así que, te invito a leerlo y a reflexionar en:
¿QUÉ ES LA FELICIDAD?
Si un día tu peque te preguntara "mami/papi ¿qué es la felicidad?", ¿qué responderías?
Imaginé esta situación y pensé: ¿qué mejor forma de iniciar esta reflexión que acudiendo a su definición, no? Supuse que podría ser de mucha ayuda empezar por lo más concreto y sencillo, de lo contrario, este concepto que llega a ser incluso filosófico, podría ser inabarcable; y más cuando nos encontramos en plena etapa de ¿por qué? ¿por qué? Paso siguiente, busco en la Real Academia de la Lengua: "feeliiiciidad" "Enter" y… ¡ouch!.. señoras y señores, me encontré con la razón por la cual la felicidad es tan infeliz.
Felicidad.(Del lat. felicĭtas, -ātis).1. f. Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.
Ahora todo me cierra… asociamos la felicidad a "tener cosas", pensamos que para ser felices necesitamos esto y lo otro, pero cuando lo alcanzamos, nos damos cuenta de que en realidad había otra cosa más que queríamos y así hasta el infinito.
Es probable que por esto sea tan común escuchar que la felicidad no existe como un estado general, sino que es momentánea y efímera. Creo que, si inculcamos a nuestros hijos que su felicidad no depende de ellos, sino que depende del exterior, de lo que tenemos, de lo que nos dan, de que las circunstancias nos lo permitan; hay muchas chances de fracasar en esa búsqueda. Pero aún hay más: tal vez, inconscientemente asociamos felicidad con perfección; soy feliz cuando todo es perfecto, tal y como lo esperaba/planeé/soñé, y en cuestiones humanas la perfección sí que no existe. De hecho, creo firmemente que entre más perfección perseguimos más nos alejamos de ser felices.
Entonces, cuándo mi hija me pregunte: "mami ¿qué es la felicidad?", quiero transmitirle que, primero, no tiene nada que ver con el postureo de las Redes Sociales (de las cuales formo parte tratando de aportar mi granito de arena para hacer un mundo más feliz); que tampoco es tener cuanto juguete salga en la tele o mucha ropa o ir a los lugares de moda. Quiero que sepa que ser felices pasa por OTRO lado, que pasa POR ELLA; que debemos buscar adentro de nosotros mismos y no afuera; que SI existe como telón de fondo de la vida y que eso no implica tener una sonrisa tatuada todo el día; sino que si sabemos cultivarla, podemos hacer frente a los momentos en los que las cosas no son tan perfectas; reír de nosotros mismos y disfrutar de lo más sencillo.
Igual sé que esto último no va a ser necesario que se lo enseñe, porque como todos los niños, lo trae de fábrica; disfrutar lo simple y hacerlo mágico es algo que, de hecho, ella me enseñó a mí. Solo debo procurar que no se le pierda en el camino.
Es más, ahora que lo pienso, no tengo que enseñarle a ser feliz, solo dejarla ser y, mientras tanto, hacer que se sienta amada y aceptada tal cuál es: única, irrepetible, especial.
Vuelvo al inicio, al verdadero origen de la palabra:
Felicidad (etimología) Del protoitálico *fēlwī- "lactante", del protoindoeuropeo *dʰeh₁li-, "amamantar"
¡Ah! Ahora todo me cierra… ¡eso es felicidad!
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La definición etimológica me hizo pensar en algo que leí, que la mirada aporta autoestima, reconocimiento, respeto y gratitud: ¿no es, sino, durante la lactancia cuando más cruzamos miradas con nuestros hijos?; ¿no es, acaso, su mirada un momento de paz y de sentir un amor indescriptible? Esto no se limita a quienes dan de mamar; sería muy injusto para las que no pueden o las que no pudimos; porque cuando damos mamadera, también nos recomiendan mirarlos... y cuando los cambiamos, y cuando se caen... mirarlos, siempre...
Y mirar significa estar, abrirse... dejar entrar al otro.
La idea era hablar de qué necesitan nuestros hijos para ser felices y terminamos diciendo que ellos ya nacen felices, jejeje
¿Será, entonces, que nuestro aporte a su felicidad será ser más como niños y menos como adultos?
Lo bueno es que, cuando miramos, nos miran; así que la autoestima, el reconocimiento, el respeto y la gratitud, es para ambos.
Pilar Ramírez Vásquez
Psicóloga Asesora en Crianza
Crecemos Juntos
Se inició profesionalmente en 2005 con la atención a niños y familias que eran víctimas de maltrato infantil y abuso sexual; enfocándose más tarde en el diseño y coordinación de acciones para la prevención de estas problemáticas desde el Estado y la Sociedad Civil.
Especialista en Gestión y Planificación de Políticas Sociales de la UBA.
Miembro de la Comisión de Niñez y Primera Infancia del Colegio de Psicólogos del Distrito XV, (Prov. de Bs. As).
Primita buenas tardes... Tu sabes como me ha tocado .. Orientame con algunos tips... Soy mamá - nona y realmente Juan Pablo me da batallas!!!
ResponderEliminarSe ha vuelto desobediente y rebelde con sus tareas y demás ....
Hola. Gracias por tu comentario! seguro Pilar va a poder darte tips para acompañarlo en sus necesidades. Saludos
EliminarYa nos ponemos en contacto para empezar a trabajar, vamos a poder encaminar la situación, no te preocupes! un abrazo!
EliminarFelicitaciones Pilita, hace medio siglo fui madre por primera vez, el único libro que teníamos a la mano para enseñar a los hijos qué es la felicidad era el de el amor, y cuando como ahora, vemos el valioso aporte de profesionales como tu, dedicados a orientar a los jóvenes padres de éste tiempo, tenemos la certeza de que el mundo del mañana, con la ayuda de Dios, encontrará la verdadera felicidad. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Qué hermosas tus palabras!
EliminarTan linda! muchas gracias! Todas las generaciones tenemos mucho que aprender verdad! Abrazo grandote!
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