Cuando los hijos crecen

Hoy vengo con algo más personal.
Como ya les conté, este año Franchus empezó 1er grado.
Realmente, tenía temor de cómo iba a reaccionar, cómo iba a adaptarse a esta nueva etapa.
Los 2 años de jardín fueron bastante raros.  No quería ir cuando había gimnasia, ni cuando tenía música... me obligaba a preguntar en la entrada, aún sabiendo que ese día le tocaba, si tenían o no 😖
Las despedidas eran eternas, como 10 besos y 10 abrazos suuuper largos.

Su mayor reclamo era: "¿por qué tengo que ir al jardín si vos estás en casa? Una lógica aplastante, un razonamiento simple y acertado, como suele pasar con los niños 😂.
Los períodos de adaptación duraron hasta septiembre, literaaaal. Desde ese mes, empezaba a ir más contenta y sin tanto ritual de despedida, pero, cada tanto, volvían los reproches.
Le prometí que nunca la dejaría llorando, que si un día necesitaba mucho quedarse conmigo, no iba.  Creo que esto, le daba cierto margen de control ante una situación impuesta. En sala de 5, solo usó 2 veces este comodín. 
Yo sabía que la pasaba bien, no entraba llorando, era el momento de separación lo que le generaba cierta angustia. 
Otra cosa que me preocupaba era que no solía decirle a la seño lo que le pasaba o necesitaba, muchas veces me pedía que yo intervenga.
Reconozco que la presión del jardín a que los niños no falten, aún sabiendo por qué no van, me limitaba. Estamos en este sistema, hay que adaptarse, pero traté de ser lo más respetuosa posible con mi hija.
Entiendo sus puntos: responsabilidad y continuidad; pero, ¿eso por sobre lo emocional?


En algún punto dudaba de criar tan apegado; pensaba si había hecho bien en no mandarla esos días que lloraba; pensaba si había hecho mal al no exponerla a separarnos más abruptamente; si ese ritual de besos y abrazos no la hacían más dependiente... muchas dudas.

Durante las vacaciones, hablamos bastante de cómo iba a ser el nuevo año; compramos todo, preparamos cuadernos, cartuchera, guardapolvo.
Sabía que el primer día ya se tendría que quedar sola.  Lo bueno es que iba con 2 compañeritos del jardín, esas caras conocidas quizás serían un refugio.
Entonces, ¡la sorpresa!
Al salir, ese primer día me dijo: "me la pasé súper bien, mañana quiero volver".

Ya van 2 meses de clases y le encanta ir. Se siente confiada y cómoda. Y, volviendo al tema de la responsabilidad, hace su tarea y prepara su mochila sin pedírselo 🙈.

Hoy la veo entrar, abrazar a la seño, hacerle dibujitos... ¡qué fundamental que tengan química con la persona que los va a acompañar todo el año!
¡Creció tanto! Maduró, ya ni me saluda, jejeje
Qué bueno que nos dimos tantos besos y abrazos en la etapa del jardín, compensan los que no me da ahora 😭.

¡Me hace feliz verla independiente!

No te voy a mentir, esa sensación de que cada vez te necesitan menos es un shock, vengo un poco curtida con las mayores; ¡ya saben!, la adolescencia de los hijos te pone en el último escalón en la escala de personas con las quieren estar, jejejeje



Pero aprendí a soltar, a soltarlas. Es tan lindo ver como tus hijos son amados y ver como aman... el amor siempre suma.

Entonces, vuelvo a sentirme segura en haber respetado sus necesidades y sus tiempos.
Se que no todas la madres y padres pueden elegir, pero sí todos podemos acompañar a nuestros hijos de la mejor manera, tomando en cuenta cada etapa. También podemos y debemos exigir que las instituciones las respeten. La prisa de los adultos no puede estar por sobre su desarrollo y madurez.
¡He dicho! jajajaja

Vos, ¿cómo transitaste el inicio de clases y adaptaciones?







Sabrina.

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